Hace unas semanas y en plena fiebre mundialera, apareció en las noticias el Intendente Claudio Orrego junto a la alcaldesa de Renca, dando cuenta de que se ha decidido convertir uno de los cerros de Santiago en un nuevo Santa Lucía.
Grave peligro a los visitante al Cerro Renca, sus principales atractivos sufren grave abandono de las autoridades. |
Deterioro de la cruz del Cerro Renca, la falta de mantención es evidente |
Abandono de iniciativas íconos de la Municipalidad de Renca, dejan serias dudas a la hora de levantar el mega proyecto de arborizar los Cerros de Renca |
Con la habilidad de un político, presentan el proyecto como idea propia,
aparecen interesados en el medio ambiente, en las necesidades de los
pobladores y en mejorar nuestra calidad
de vida. Por su puesto que la compañía
de los correspondientes alcaldes le dan legitimidad a sus buenas intenciones.
Fuera de toda fanfarria y manejo
de imagen, la verdad es que la iniciativa del Ejecutivo, es a lo menos mezquina,
en relación a la verdadera necesidad y urgencia del requerimiento.
En 2012 la Universidad Católica
de Chile publica un documento llamado Propuestas Para Chile, un concurso de
políticas públicas, en ella uno de los temas fue la Integración de los Cerros Islas
al Sistema de áreas verdes de Santiago.
Lo primero que debemos saber es
que, La Organización Mundial de la Salud, establece que un mínimo de áreas
verdes aceptable para la salud de las personas es de 9 mt2 por persona, siendo el
índice promedio de 20 m2. En el Gran
Santiago el indicador es de 3,46 m2 por persona, por tanto, estamos casi 3
veces más bajo del mínimo de un ciudad sana.
El proyecto de los Arquitectos de
la Católica planteaba la necesidad de forestar la totalidad de los Cerros
Islas, es decir: los 21 Cerros Islas del Gran Santiago. El Intendente Orrego en cambio, comunica en conferencia a
través de los medio masivos; que sólo se arborizará un cerro, pero que se
llevará a cabo a través de un concurso donde se han designado a cuatro Cerros
de distintas municipalidades; El Cerro Blanco de Recoleta, el Chena de San
Bernardo, La Ballena de Puente Alto y el Cerro Renca.
La idea en que trabaja, la
Intendencia de Santiago y el Gobierno Regional, es convertir cualquiera de
estos Cerros en un nuevo Santa Lucía para el Gran Santiago, que por fin podamos subir los magros índice
de calidad de vida de las comunas de la Región Metropolitana, se cuestiona el
ritmo para implementar esta iniciativa, ya que si en 4 años se arboriza un
cerro, los árboles del último cerro se estarían plantando en 84 años más, es
decir en el 2098.
Por supuesto que a todos nos
gustaría ver los cerros de Renca con árboles, con sectores de picnic con sendas
para hacer deportes o sectores comunitarios donde compartir con otros vecinos
en sana convivencia, pero hay que considerar que la gestión de nuestras
autoridades están lejos de ser precisamente ecológicas, en los cerros de renca
nos encontramos con: microbasurales, difícil accesos, abandono de proyectos
municipales y por supuesto los fuegos artificiales de fin de año juegan en
contra de ver fructífero el proyecto de la plantación de nuevos árboles, en
relación a esto se ha preparado la siguiente nota:
El Radar Renca, Renca de verdad