Con una violencia inusitada, la represión de los agentes de la Alcaldesa Vicky Barahona tiene factores de inteligencia, que nos recuerda el de la dictadura; tipos perfectamente peinados, vestidos con un impecable traje negro y con comunicadores internos. Un pequeño séquito de señoras actúan de pobladoras, hablan muy fuerte y tienen un discurso bien aprendido, aun que de argumentos poco sólidos, vociferan y provocan a distancia, se acercan para apoyar la provocación de los guardias, que se sienten con las atribuciones de carabineros, triste trabajos les dan, los montajes municipales los exponen a riesgos innecesarios y no parecen felices de trabajar de títeres municipales.
Finalmente un equipo de apoyo, quienes filman todo lo que ocurre con el propósito de tener el momento preciso de cuando los trabajadores se dejen provocar por las señoras teñidas o los guardias y así usar la evidencia, todo a cargo de Sebastián Cartes, el jefe de la Dirección de Desarrollo Comunal. No nos queda claro si es esto el desarrollo comunal que Renca necesita.
Lo importante es que los funcionarios, a pesar de los atropellos, perdieron el miedo, así como también lo hicieron los profesores en su momento.
Radomiro Rencoret
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